Porque cada tipo de cutis necesita de unos cuidados básicos esenciales. Hoy nos quedamos con el cutis graso que es el que cuenta con un aspecto aceitoso ya que parece que brilla más que los demás. En él también se pueden formar más impurezas dando lugar a las odiosas espinillas. Además, al tacto cuenta con menos suavidad y como una sensación de piel más gruesa. Si ya te estás identificando como tal, entonces no te puedes perder los consejos que hoy te mostramos para que, de una vez por todas, podamos ponerle solución a un problema tan común como éste.
Son muchas las causas de una piel grasa y es que, siempre hay que buscar lo que puede causar este tipo de rostros para poder darle solución cuanto antes. Las hormonas juegan un papel muy importante en ella algo que también el estrés tiene mucho qué decir, aunque no lo pensemos. Del mismo modo, una mala dieta también puede influir en nuestra piel así que, comenzaremos por ella y tenemos que ingerir más vegetales y menos harinas o embutidos. Zumos naturales y también dos litros de agua al día van a favorecer a nuestra piel al mismo tiempo que a nuestra salud.
Además de la alimentación, siempre nos aconsejaban lavar el rostro de una manera frecuente con jabones y desde luego, éste no es el mejor consejo. Antes que nada, debemos de preparar la piel con una buena exfoliación que podemos hacer una vez por semana. Tanto con cremas específicas como hecha por nosotras mismas en casa con un poco de crema hidratante y de azúcar. Seguro que conoces la arcilla verde, pues es uno de los mejores remedios para este tipo de piel. Uses cual uses, después de la exfoliación siempre necesitas un poco de hidratación y en esta ocasión, lo mejor es aplicar un poco de aloe vera.
Si la exfoliación y la hidratación son perfectas, las mascarillas no se quedan atrás. Prueba a mezclar un plátano con una cucharada de miel y el zumo de media naranja. Lo mezclarás todo y lo aplicarás por el rostro para dejar unos veinte minutos. Luego retiras con agua y verás lo suave y perfecta que queda la piel. Otra muy efectiva es la que está compuesta por cuatro fresas, dos cucharadas de miel, una clara de huevo y el zumo de medio limón. Lo mezclamos y dejamos actuar 15 minutos para luego retirar con agua.