Está claro que no debes de fiarte de esas dietas que prometen adelgazar muchos kilos en poco tiempo. Sin duda, siempre debemos de consultar con nuestro médico porque lo que le hará bien al cuerpo por un lado, por otro quizás esté dañando otra zona del mismo. Es por ello que tenemos que tener siempre claro que hay muchas cosas que cambiar en nuestra alimentación y hábitos pero no debemos de dejar de comer. Simplemente tenemos que mejorar nuestros menús, añadiendo ingredientes más sanos. Algo que también tenemos que mezclar con el deporte. Poco a poco verás los resultados y estarás muy orgullosa de ti misma.
Tenemos que comenzar pensando en hacer cinco comidas diarias para de esta forma no llegar con mucha hambre a ninguna de ella. Si quieres darte algún capricho tiene que ser en días contados y como no, mejor a primeras horas del mismo porque todavía lo podremos quemar. Como caprichos claro está que me refiero a los dulces, ya que en general debemos de quitarlos en su mayor parte posible. Además debemos de beber mucha agua, aunque no se tenga sed siempre es aconsejable beber un poco ya que elimina toxinas. Así que, puedes comenzar con comidas un poco más fuertes y terminar con una cena muy ligera.
Si a lo largo del día nos entra hambre siempre es bueno tener a mano nuestro picoteo saludable que consistirá en frutas o copos de avena. Hay que reducir el consumo de las bebidas azucaradas o con gas y las grasas, así como los embutidos. Por eso, podemos comenzar el día con una infusión y una rebanada de pan tostado con jamón de pavo. A media mañana podemos tomar un yogur 0% o bien, una fruta de la estación. Al mediodía es un buen momento para tomarnos pollo a la plancha o al horno. Las ensaladas también serán perfectas añadiendo frutos secos a las mismas.
De nuevo en la merienda podemos optar por las frutas y como no los yogures desnatados. Claro que para la cena, las espinacas y el pescado serán nuestros mejores alicientes. Aunque mucha gente opta por una tortilla de claras que cuenta solo con proteínas. Recuerda que lo mejor es cocinar sin aceite, comer carne como pollo o pavo y añadir más frutas y verduras. Eso sí, una buena dosis de ejericio cada día serán siempre necesaria. Seguro que después de haber intentado esto durante una semana, verás los efectos.