Es una moda, un estilo de vida o simplemente un acto de rebeldía. Sea como fuere, cada vez la gente se anima a llevar alguno en cualquier zona de su cuerpo.
Primero, los que más se llevaban eran los del ombligo y en toda la zona de la oreja, pero poco a poco hemos visto que la imaginación de cada persona nos asombra extraordinariamente para ofrecernos una gran variedad de sitios donde un piercing puede deslumbrar.
Las bolitas de colores son de las más usadas, tanto para la lengua, como las cejas o incluso el ombligo, pero ¿por qué no atreverse con otras formas y colores más sofisticados?. Unas piedras simulando brillantes quedan de lo más glamurosas y elegantes, solo es cuestión de gustos.

Lo que sí se recomienda es una limpieza extrema, aunque tampoco excederse, porque al tratarse de algo externo, el cuerpo puede rechazarlo, pero tampoco hay que ser tan negativo. Solo mantener unas precauciones para que la herida cicatrice bien y podamos cambiarnos la forma y el color del piercing tantas veces como queramos. ¿Qué opinas de estos modelos?.