A todas nos preocupa la salud de nuestra piel y es por ello que tenemos que darle un cuidado diferente según la edad que tengamos. No tenemos que agobiarnos con la idea, pero sí ir preparando la piel poco a poco para que podamos sacarle el mejor partido aunque pasen los años que pasen.
Desde los veinte años a los treinta, tenemos que evitar los maquillajes demasiado recargados para darle protagonismo a la piel, que siempre le dedicaremos un poco de tiempo para verla mucho más fresca e hidratada.
Todas las noches, debes de dedicarle su tiempo con una limpieza facial, aunque no te hayas maquillado durante el día, pero es que así, podemos eliminar las impurezas del rostro.
Lo mejor para esta época, es aplicar colores neutros, así que, si te gustan los tonos más fuertes, puedes aplicarlos en los labios. Cuando una se va acercando a los treinta, podemos comenzar a aplicar alguna crema para evitar las arrugas de expresión.
Pasados los treinta, tenemos que mantener esa luminosidad, por eso, deberemos usar bases especiales para este problema. Evita un maquillaje muy oscuro, porque no nos va a favorecer. Elige un corrector iluminador que también aplicaremos en la parte alta de las cejas y como no, en el lagrimal.
Si quieres marcar tus rasgos pero de una manera favorecedora, cambia el lápiz negro de ojos por uno en color marrón. Para los labios, hay muchas opciones, pero yo me decantaría por tonos nude con brillo.
Entre los cuarenta y los cincuenta años, la piel pierde su tersura y por ello tenemos que nutrirla con productos específicos para ello. No uses maquillaje en polvo porque atenúan nuestros rasgos, pero sí aplica sombras doradas porque son luminosas. Pequeños trucos que harán que nos veamos siempre perfectas.