Las mascarillas caseras no sólo cuidan tu bolsillo, sino que también cuidan tu piel mucho más que cualquier otro producto hecho en laboratorio, porque no contienen ni químicos ni conservantes que intoxiquen tu cutis. Si tu piel es grasa ¡aquí tienes soluciones naturales!
La mascarilla de arcilla ayuda mucho en el control de la gratitud de los poros, y mezclando un par de cucharadas bien llenas con jugo de limón (lo suficiente para darle una consistencia cremosa), siguiendo de una aplicación por media hora, podrás controlar el sebo típico de esta piel.
Una forma de combatir la piel grasa acompañada de acné, puntos negros, y espinillas, es esta mascarilla de tomate: toma dos tomates bien maduros, agrega yogurt natural y jugo de limón. Deja actuar por media hora, y retira con agua fría. Esta mascarilla funciona como un astringente, que reducirá la grasa y el brillo de tu rostro.
Otra opción muy sencilla y accesible es la mascarilla de papas. Lo que debes hacer es cocinar dos papas, luego las aplastas hasta formar un puré muy suave. Entonces, agregas el jugo de limón necesario para formar una pasta que aplicarás sobre el rostro y dejarás actuar por 20 minutos o media hora.
¿Una última sugerencia con ingredientes que puedes encontrar en tu alacena? Combina harina de avena u hojuelas con miel y limón (las cantidades necesarias para formar una pasta), y deja actuar sobre tu rostro durante 20 minutos.