El maquillaje tiene su propio lenguaje, vamos que podemos decir que sobran las palabras dependiendo de cómo vamos maquilladas, por eso, cada ocasión requiere unos colores diferentes para ir siempre a la moda, en su justa medida, sin excesos. Tenemos que pensar en la ocasión y las cantidades necesarias para remarcar las zonas que queremos que más destaquen en nuestro rostro.
La finalidad de un buen maquillaje es realzar la belleza, ya que no siempre muchos colores es sinónimo de belleza. Algo muy exagerado denota las ganas de ocultarlo, por el contrario, ir con la cara lavada, puede significa la dejadez por el aspecto físico. Si hablamos del aspecto que debemos de llevar al trabajo, tendrá que ser discreto y lo más natural posible, evitando los colores fuertes pero que siempre combinen con la ropa que llevemos.