Todas de pequeñas solemos tener esas mejillas, que en muchos casos parecen ser las protagonistas y acaparan gran parte de nuestro rostro. Claro que por aquel entonces todo nos da igual hasta que llegamos a esa parte en la vida que nos aparecen los temidos complejos. Muchos de ellos se pueden disimular con sencillos trucos y uno de ellos son las mejillas abultadas que para ellas está el maquillaje. Las técnicas del mismo se dejarán ver en nuestra cara para hacernos un rostro más liso y sin parece que tenemos todavía esos mofletes tan hinchados.
Claro está que antes de saber los pasos a seguir, siempre es bueno conocer todos los productos que vamos a usar en nuestro maquillaje corrector de hoy. Por un lado, son muy recomendados los iluminadores ya que con ellos, podremos potención otras zonas, desviando la mirada de los mofletes. Por otro lado, también necesitaremos polvos bronceadores y como no, el colorete. Porque si pensabas que por tener las mejillas pronunciadas íbamos a renunciar a él, estabas muy equivocada. Lo que sí tenemos que hacer siempre es que cada color que hayamos elegido vaya con nuestro tono de piel para no llevar la temida máscara.
Para comenzar a aplicar nuestro maquillaje, tenemos que colocar nuestra boca a modo de pez, para que nuestras mejillas se marquen. Sobre el hueco que nos deja esta expresión facial, tenemos que aplicar nuestros polvos bronceadores que difuminaremos bien con un pincel. Ahora le llega el turno al iluminador y éste tiene que ir en la zona más exterior de nuestros pómulos. Volveremos a realizar el mismo procedimiento, ya que lo aplicaremos con un nuevo pincel o brocha. De esta manera, habrá uniformidad entre ambas zonas de la cara, tanto la más hundida como la más elevada.
Llegados al momento de aplicar el rubor o colorete, hay que tener mucha precaución porque en la mayor parte de los casos no lo usamos de manera correcta. Para comenzar, siempre debemos de aplicarlo en las llamadas «manzanas de las mejillas». Con este nombre, ya seguro sabrás que es la zona más cercana al ojo cuando sonreímos y también la más gordita. Comenzaremos aplicándolo en la zona centro que se encuentra en línea recta con nuestras pupilas y lo iremos extendiendo hacia fuera, es decir, hacia la sien. No debemos de aplicar el color nunca en los pómulos ya que sino, estaríamos potenciando más esta zona.