Como nos encantan los zapatos, tenemos que cuidarlos bien para que nos duren más tiempo. Algunos de los entendidos en la materia, aconsejan no ponerse el mismo calzado dos días seguidos, porque así pueden respirar mejor.
Si tus zapatos son de piel deberás hidratarlos, sí como suena, con un poco de crema para zapatos y previamente haberlos limpiado con un paño húmedo para quitarle todo el polvo que pudieran tener.
Si has mojado tus zapatos favoritos, debes de dejarlos secar por lo menos durante un día y echarles un poco de crema para que recuperen su vida y brillo. Los zapatos de charol se deben de limpiar con un paño húmedo y una esponja impregnada en un poco de jabón neutro para luego secarlos con un paño limpio. Cepillarlos es también muy buen truco porque así les quitaremos toda la suciedad que puede llevar a rayarlos.
A veces, por cuestión de espacio no podemos hacerlo, pero sí es recomendable guardar nuestro calzado en la caja tapados con el papel que suelen traer, ya que así, no se expondrán a humedades o demasiado calor.