Cuando llegas a casa después de un largo día de trabajo o estudios, ¿qué mejor que darse un baño relajante?. Eliminarás ese cansancio acumulado y dormirás mucho mejor.
Hay varias opciones de baños caseros pero igual de efectivos. Uno de ellos es el baño de rosas, que es altamente relajante y además tu piel lucirá más suave. Tienes que conseguir pétalos de rosa, preferiblemente que sean frescos y los metes en una bolsita de tul o media transparente que deje pasar el perfume de la flor. Una vez hecha nuestra bolsa de pétalos, se echa en el agua, mientras llenamos la bañera.
Las sales de baño también son muy ricas en aromas y la aplicación sería la misma que con las rosas. En el mercado tenemos una gran variedad de olores, elige el que más te guste.
Si tienes un alto nivel de estrés, como suele ser habitual en nuestra vida diaria, entonces lo mejor es un baño caliente y le echaremos sal. Trataremos de relajarnos con una luz tenue y si es posible, una música muy suave. Puedes añadirle espuma que la conseguiremos con un tapón de champú debajo del grifo mientras cae el agua. Unos quince minutos serán suficientes para poder desconectar y que realmente el baño sea efectivo.