Cuando hablamos de rosas se nos vienen a la cabeza miles de historias de amor, un regalo estupendo cuando un hombre está enamorado, ya que simbolizan la pasión y el deseo por la otra persona. Pero si encima son 9999 rosas, entonces podemos pensar que es un amor eterno o simple excentricidad.
Pues esto ha pasado, en una increíble historia de amor. Por casualidades de la vida, un chico conoce a una chica en un gran jardín, que pertenece a un parque situado en China.
La chica es gran apasionada de la moda, así que, tres años después, su querido novio, quiso pedirle matrimonio de la manera más original: combinando la moda con las flores, es decir, mandó hacer un vestido con 9999 rosas rojas.
Ahora, cada vez que nuestras parejas nos regalen un ramo con media docena de rosas…los podremos mirar con mala cara, sí, visto lo visto, se lo merecen. Además, parece ser, que al pronunciar este número mágico, en chino, suena casi igual que eterno. Vamos, como dirían los más jóvenes: “Se lo ha currado”.